Miles de aficionados azulgranas abarrotan las calles y la plaza de Untzaga para festejar el cuarto ascenso a Segunda de la historia. Tras una ofrenda floral, el camión de Hierros Servando les trasladó hasta el Ayuntamiento
Dani García contempla desde el balcón una plaza de Untzaga abarrotada |
Eibar se embriagó ayer al máximo de los colores azulgranas
que reinaron en una jornada inolvidable que pasará a la historia. No todos los
días se celebra un ascenso a Segunda División y nadie en la ciudad armera se
quiso perder un evento tan emocionante y señalado. La última vez fue en 2007,
pero el anterior ascenso databa del año 1988. Los protagonistas del cuarto
ascenso a Segunda de la historia del Eibar recibieron el merecido homenaje.
Miles de aficionados abarrotaron las calles en las que desde las ocho de la
tarde apenas se podía transitar. Pero la jornada empezó pronto para los héroes
de Hospitalet. La plantilla pernoctó en un hotel de Castelldefels después de
una noche de fiesta en una discoteca de Barcelona. Los jugadores azulgranas
estallaron de alegría por la consecución de un colosal premio al que sólo
acceden 4 conjuntos de 81 y por el que han trabajado sin descanso desde el
pasado 12 de julio de 2012. Con las caras largas por la juerga de la noche, los
jugadores se subieron al autobús a las 10 de la mañana y pararon para comer a
las 13.00 horas. El viaje desde Catalunya a Eibar se caracterizó un ambiente de
algarabía y por los constantes cánticos de los jugadores, que seguían extasiados
por la alegría. Hacia las 19.30 el autobús del Eibar arribó al Santuario de
Arrate donde realizaron la tradicional ofrenda floral de final de temporada.
Allí ya había aficionados azulgranas que lanzaron a sus ídolos los primeros
vítores y les dieron unas muestras de agradecimiento que fueron constantes.
Los jugadores, momentos antes de acceder al Ayuntamiento |
Recorrido en camión
A continuación la expedición armera fue transportada al
barrio de Azitain, en las afueras de la ciudad. Fue entonces cuando se subieron
en un camión de la empresa Hierros Servando, patrocinador principal del club.
Los seguidores, ataviados con sus camisetas azulgranas, se apilaban a ambos
lados de las calles para regalarles su cariño y admiración. A las 20.50 horas media hora después de lo previsto, arribó el camión a la parte
trasera del Ayuntamiento y los jugadores fueron accediendo al interior de la
casa consistorial gracias a un cordón policial que les separaba de la enfervorizada
masa.
Al igual que sucedió al término del partido el domingo por
la noche en el terreno de la Feixa Llarga de Hospitalet, Jito fue el que llevó
la voz cantante. El veterano delantero ha jugado un papel tanto o más decisivo
fuera que dentro del campo en la presente temporada. El catalán, que siempre ha
estado para animar a sus compañeros en los momentos más duros, ejerce de
particular ‘Pepe Reina’ del Eibar, y es el que canaliza las celebraciones. Fue
el primero en acceder al balcón del Ayuntamiento y comenzó a cantar. “Volvere,
volveremos otra vez”. No se quedaba corto en sus expresiones Rubén Arroyo, que
también arengaba a una atestada plaza de Untzaga. Aunque algunos, los más
tímidos, eran reticentes, todos terminaron por dirigir unas palabras al público.
Mainz se despidió con cierta pena ante la afición mientras
un animado Yuri Berchiche grababa toda la secuencia con su cámara de vídeo. “He
estado muy a gusto aquí estos dos años”, agradeció el veloz delantero
zaragozano mientras sus compañeros tarareaban. “David, maño, quédate otro año”.
Aunque se resistieron también Gaizka Garitano, muy aplaudido todo el día, y
Álex Aranzabal también mostraron su agradecimiento al público. Quizás el que
más se explayó fue Diego Jiménez. “Muchas gracias a todos, lo hemos conseguido.
He estado muy a gusto aquí, este es un club magnífico. Aupa Eibar”, lanzó.
Pasadas las 21.30 horas, los jugadores recibieron un lunch en el Ayuntamiento y
la plaza de Untzaga se fue vaciando.
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