Las trabajos de remodelación del
césped, que cumplen la segunda semana, marchan según lo previsto. Para el jueves
día 11 de julio acabará el vaciado de los 3500 cúbitos de tierra y comenzará a
implantarse el nuevo drenaje. Adiós a un césped que desde 1947 no se había
remodelado y sólo había experimentado arreglos puntuales. El coste de la obra
será más de 500.000 euros
Las
excavadoras y los camiones proliferan desde la semana pasada en un
irreconocible campo de Ipurua. Cualquiera que se pase ahora por el terreno de
juego del Eibar no se creería que hace poco se ha disputado en este campo un
play-off de ascenso a Segunda. El pasado 1 de julio, con una semana de retraso
debido a unas labores de topografía, comenzaron las obras de remodelación del
campo del Eibar después del acuerdo interinstitucional alcanzado el pasado mes
de abril. El presupuesto de estas obras es ligeramente superior a los 500.000
euros y el coste va a ser abonado a medias entre el Eibar, Ayuntamiento,
Diputación y Federación guipuzcoana.
Como en su
momento señaló Miguel de los Toyos, alcalde de Eibar, esta obra “tocaba ya”. El
terreno de Ipurua ya no daba más de sí y está siendo sometido a una
remodelación inaplazable. “Si no hubiéramos hecho esto, en invierno próximo
tendríamos que haber jugado en Elgoibar”, lanzó Álex Aranzabal. Ya el pasado 30
de octubre, antes del partido de Copa ante el Athletic, Garitano advirtió de
que el terreno era “un patatal”. Pero aún no había empezado el invierno y fue
en esta época cuando el césped derivó en un cenagal. El Eibar sólo conoció la
victoria en sus primeros diez compromisos y la primera derrota llegó el 13 de
enero ante el Zaragoza B (2-3) cuando el terreno se empezaba a tornar
impracticable. Aún peores estampas presentó Ipurua después ante el Barakaldo
(0-1) y ante el Real Unión (1-1). Además, el maltrecho campo perjudicó la
trayectoria deportiva del Eibar, que ya no podía elaborar el juego desde atrás
como inculcó el entrenador y se tuvo que adaptar a un estilo futbolístico más
directo. Las recuperaciones físicas de los futbolistas después de un partido en
el barro resultaban más tardías.
Una obra inaplazable
Todo ello
era debido al obstruido y obsoleto drenaje de Ipurua, que se convertía en una
bañera cuando llovía. El campo de Ipurua, que fue inaugurado el 14 de
septiembre de 1947, recibió su primer sistema de drenaje dos años más tarde.
Desde entonces se ha remodelado en varias ocasiones, la última en 2000, pero
nunca de forma absoluta. El pésimo estado del terreno de juego se ha ido
agravando durante los últimos años de forma gradual hasta que ha derivado esta
temporada incluso en lesiones de jugadores y hasta de un árbitro. “La imagen
que hemos dado este año ha sido muy mala”,reconoció el propio presidente
Aranzabal.
La primera
fase de las obras, consistente en extraer la capa de 50 centímetros de tierra,
concluirá el jueves. Para entonces se habrá vaciado el terreno de juego y se
habrán retirado 3.500 metros cúbicos. El rápido ritmo de trabajo está
permitiendo que cada día salgan de Ipurua unos 50 camiones repletos de tierra.
La siguiente
tarea será nivelar el subsuelo para, a continuación, realizar zanjas en las que
irá colocado el nuevo sistema de drenaje, que contará con tubos de 30
centímetros de grosor. Posteriormente, se colocara encima una mezcla de tierra
con grava y arena. El último paso de las esperadas obras de remodelación será
la instalación de los tepes. Las previsiones apuntan a que esta última acción
finalizará en torno al 10 de agosto. Pero el césped requiere de unos quince
días para que se asienten todos los materiales instalados y por eso se ha
calculado que para la segunda jornada el Eibar pueda disponer de su remodelado
terreno de juego. Las espectaculares obras marchan según lo previsto y si no
media ningún imprevisto, el Eibar lo estrenará el 24 o 25 de agosto.
Primer partido, fuera
El Eibar
tomó la prudente medida de solicitar a la RFEF que el primer encuentro de la
próxima temporada sea a domicilio. El ente federativo no opuso ninguna objeción
y entendió la especial coyuntura en la que se encuentra el conjunto armero. En
cualquier caso, si hubiera algún inconveniente que retrasara las obras, ya se
contemplan otros campos donde jugar como Las Llanas o Lasesarre, pero no se
cree que sea necesario salir de Ipurua.
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