Un sublime y vistoso equipo y armero arrolla al Real Madrid en una segunda parte plena de velocidad y efectividad en la que firmó una goleada escandalosa al exprimir su veloz estilo de contragolpe con un majestuoso Morales
EIBAR: Xabi Irureta; Bóveda, Añibarro, Raúl Navas, Yuri
Berchiche; Errasti, Dani García; Eizmendi (Urko Vera, m. 65), Arruabarrena
(Diego Jiménez, m. 83), Gilvan Gomes (Jota, m. 75); y Morales.
REAL MADRID
CASTILLA: Yáñez; Llorente, Cabrera, Pulido, Casado (Juanjo, m. 59); Burgi, Omar
Mascarell (José Rodríguez, m. 70), Lucas, Jaime Romero; Borja (Cristian, m. 75)
y De Tomás.
ARBITRO: Pedro Sureda Cuenca (Comité balear). Amonestó a
Errasti y Yuri Berchiche, del Eibar, y a Casado, Lucas, Pulido (en banquillo),
Llorente, Cabrera, Jaime, del Real Madrid Castilla. Expulsó a De Tomás en el
minuto 56.
GOLES: 1-0, m. 20: Casado, en propia puerta. 2-0, m. 51:
Gilvan Gomes. 3-0, m. 65: Gilvan Gomes transforma un penalti. 4-0, m. 74: Arruabarrena. 5-0, m. 85: Jota.
6-0, m. 88: Urko Vera.
ESTADIO: Ipurua. 1. 989 espectadores. Tarde fresca y
lluviosa con 11 grados. Primera vez en la historia que La Sexta retransmitía un
partido desde Ipurua.
La
intensidad de los aplausos de un extrañado y a la vez alborozado público no
bajaba pese a que ya se habían retirado los jugadores, después del final de un
encuentro que pasará a la historia de este club que celebrará en breve su 75º
aniversario. El Eibar se desquitó del flojo partido anterior en Tenerife de la
mejor manera posible, al lograr una goleada estruendosa. La segunda parte
desarrollada por el equipo armero fue la más clara expresión de la perfección
en el fútbol. Lo hizo siendo fiel a su libro de estilo y sin salirse de unas
pautas que deben ser innegociables. Aunque el marcador de ayer puede invitar a
una desaconsejable euforia, lo más importante es que los jugadores se convenzan
de que es imprescindible mantener siempre un alto rendimiento si se quiere ser
competitivo en esta categoría. La histórica goleada le catapulta en la tabla y
le iguala a escuadras muy superiores en presupuesto, pero el Eibar no debe
olvidar que su meta es la permanencia. Es cierto que el Castilla, que no contó
con su portero titular Pacheco al estar con la selección, se mostró como un
conjunto desdibujado en ataque y frágil en defensa al dar demasiadas
facilidades, pero tiene un enorme mérito marcar seis goles como hizo el Eibar.
Garitano,
insatisfecho con el anterior choque, cambió la cara del once inicial e
introdujo cuatro novedades. La labor defensiva no debió gustar al técnico que
cambió a dos defensas al introducir a Bóveda y Añibarro, al margen de Gilvan
Gomes y Errasti. Arruabarrena cabeceó al limbo una falta botada por Eizmendi en
el tercer minuto, pero el comienzo del encuentro resultó anodino. El Eibar se
mostraba más incisivo y buscaba más la portería contraria, pero su mayor
control del balón resultaba improductivo. Las incursiones de Gilvan por la
izquierda daban trabajo a la zaga merengue, que sorprendía por su falta de
ambición y apenas pasaba del centro del campo. En este punto, Raúl Navas
sorprendió con una briosa arrancada y fue rebasando a cuantos contrarios le
salían al paso. Antes de ingresar al área, el andaluz ofreció un centro pasado,
que tocó Eizmendi en un intento de asistir a Morales, pero Casado introdujo el
balón en la propia portería. A renglón seguido, el colegiado perdonó la
expulsión a De Tomás por un manotazo en la cara a Añibarro. La única ocasión
clara del Castilla llegó a la media hora cuando Cabrera cabeceó un saque de
esquina botado por Jaime, pero Xabi estuvo colosal para alejar el peligro. Tan
sólo Jaime por la izquierda generaba algo de inquietud, pero el peligro lo
creaba el Eibar con las internadas de un Morales otra vez supremo y que dio una
lección de fútbol al contragolpe. Una acción suya en la que se fue de Quini y
Llorente no pudo ser finalizada y puso el punto final a la primera parte.
El Real
Madrid quiso El Real Madrid necesitaba puntos para escapar de la última plaza y
adelantó las líneas en el comienzo del segundo tiempo, pero se encontró con un
Eibar firme en tareas de contención, solidario e inquebrantable con el trabajo
de todos. Un chut de Morales desde la frontal no fue despejado por la débil
defensa blanca y Gilvan aprovechó para marcar el segundo gol.
Expulsión de De Tomás
El Real
Madrid transmitió signos de nerviosismo e impotencia en jugadas en las que
superó el límite del reglamento hasta que De Tomás, que debió ser expulsado en
el primer tiempo, veía una merecida segunda amarilla por una patada a Raúl
Navas. El cuadro merengue tocaba en campo armero, pero hasta donde el Eibar le
dejaba. En cuanto recuperaba el balón, los azulgranas se convertían en flechas
que se plantaban casi siempre en el área de un vendido Yáñez. Gilvan Gomes
llegó hasta el meta en solitario, pero le adivinó la intención y despejó a
córner. El Eibar se estaba merendando al filial merengue y una jugada
espectacular culminó en el origen del tercer gol. Eizmendi se internaba en el
área y se hizo un autopase que obstruyó Casado. Ante la imposibilidad de
acercarse con peligro, el filial lo intentó mediante disparos lejanos como el
de Borja, que atrapó Xabi Irureta. Gilvan materializó el tercer gol de penalti
e inauguraba la fiesta en un jubiloso Ipurua. Pero había más, porque este
equipo tiene mucha ambición y no es nada conformista.
La enésima
arrancada de Morales, que pasó a la izquierda tras la retirada de Eizmendi,
desbordó a la zaga y puso un centro que Urko Vera cabeceó al poste. El Eibar,
que estaba desatado, era un ciclón dispuesto a arrasar lo que quedaba de rival.
Un centro de Dani García fue cabeceado por Urko Vera y el rechace del portero
le empujó a la red Arruabarrena. La rapidez en la ejecución de las contras fue
determinante en un Eibar que hizo el quinto gol al cabecear Jota un centro de
Yuri. El propio Jota metió un pase perfecto al desmarque de Urko Vera, que
cerró la cuenta de una tarde mágica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario