Un deficiente primer periodo en el que sólo defendió dio paso a un segundo notable en el que recuperó su intensidad, pudo hacer más goles y apeó al Tenerife
EIBAR: Diego Rivas, Lillo, Arregi, Añibarro, Kijera;
Errasti, Raúl Navas; Capa (Morales, m. 67), Jota, Eizmendi (Diego Jiménez, m.
76); y Urko Vera (Arruabarrena, m. 89).
TENERIFE: Roberto; Moyano, Bruno, Alberto, Salva Ruiz;
Ricardo, Kike Rivero (Iñigo Ros, m. 65); Chechu Flores (Guillem, m. 75), Aday
(Aridane, m. 65), Oscar Rico; y Ayoze.
ARBITRO: Daniel Ocon Arraiz (Comité riojano). Amonestó a
Lillo, del Eibar, y a Ricardo y a Salva, del Tenerife.
GOL: 1-0, m. 53: Urko Vera.
IPURUA: 1913 espectadores, según el club. Javi Pérez
presenció el partido.
El Eibar firmó anoche su pase a la tercera ronda de Copa
tras apear de manera laboriosa al Tenerife. La enérgica reacción de los
azulgranas tras el descanso, motivada por la estimulación y no sin cierto
enfado de su entrenador, permitió cambiar radicalmente la cara de un encuentro
de color visitante durante el primer periodo y que no auguraba ninguna alegría
para los guipuzcoanos. El Eibar, en el que tan sólo Capa y Raúl Navas subsistían del
once inicial del compromiso liguero del pasado domingo, defraudó en el primer
periodo y apenas existió. Le faltó el
tesón de perseguir a los rivales, ese ímpetu que permite llegar antes que el
rival a los balones divididos. Sin duda, el Eibar fue la antítesis de su
esencia y se encaminaba a una decepción, pero resurgió a tiempo para regalar al
público la clasificación en una notable segunda parte.
Como ya le sucedió en el compromiso liguero ante el Córdoba,
le costó adentrarse en el partido al Eibar. El Tenerife echó un lazo al
esférico y el Eibar fue incapaz de quitárselo hasta que se cumplió el minuto
20. Kike Rivero y Ricardo, el doble pivote de los isleños, contaba con la
colaboración de Aday, que bajaba a recibir el balón al centro del campo y
generaba superioridad ante Errasti y Raúl Navas. La movilidad del ex jugador
del Hospitalet facilitó el control visitante y ofreció muchas soluciones en
ataque a un Tenerife, que era el único que existía. El juego se desarrollaba en
el terreno armero, donde el Tenerife tocaba constantemente en busca de
resquicios en la zaga azulgrana. Chechu probó disparo antes de que cumpliera el
minuto cinco, pero el debutante Diego Rivas atajó sin problemas. El propio
futbolista del Tenerife lo intentó poco después al rematar una asistencia desde
la izquierda de Salva Ruiz, el lateral que se proyectaba con más frecuencia
hasta la línea de fondo. El Eibar, por su parte, no pasaba excesivos
apuros y se mostraba bastante sólido en
tareas de contención, pero no carburaba en ataque y apenas le duraba el balón
en los pies. Ni Capa por la banda derecha ni Eizmendi por la izquierda
conseguían desbordar a Salva Ruiz ni a Moyano respectivamente. Pero el problema
partía del centro del campo donde acusaba la floja actuación del doble pivote
integrado por Errasti y Raúl Navas, que no ofrecían claridad en la salida del
balón.
Consiguió el Eibar despojarse durante unos minutos el
dominio tinerfeño y Kijera puso un centro al que no llegó Capa. Errasti recogió
un rechace tras un saque de esquina botado por Jota pero chut se marchó
elevado. Pero pronto recuperó su hegemonía el Tenerife, al que le faltó sólo
concretar sus ataques en los últimos metros. Así sucedió en un centro chut de
Ayoze al que no llegó Aday por poco. Pero la ocasión más clara arribó en el
minuto 42 cuando Chechu cabeceó desde cerca un medido centro de Oscar Rico
desde la parte izquierda.
La transformación del Eibar tras el descanso fue tan
sorprendente como inesperada. La ‘bronca’ tras el vestuario debió ser mayúscula
porque solo se pareció en el color de la camiseta. Enseguida, Errasti habilitó
a la izquierda para la incorporación de Kijera, cuyo chut virulento lamió el
poste en una nítida ocasión. La mayor intensidad que imprimían los locales tras
el descanso permitía robar balones cada vez más cerca de la portería canaria. Así
ocurrió en un contragolpe conducido por Jota, que disparó al cuerpo del meta y
el rechace llegó a Urko Vera, que impulsó a puerta vacía ganándole la acción a
un zaguero.
Vera vuelve a anotar
El bilbaíno, que el pasado domingo dio al triunfo con su gol
al Córdoba, volvió a demostrar que es un ariete nato, que está hambriento de
gol y que va a pelear por ser el delantero titular de este equipo.
Jota, que apenas existió en el primer periodo, presentó sus credenciales
al protagonizar rápidas conducciones que generaron mucho peligro ante un
Tenerife que no presentó la misma consistencia defensiva del primer periodo.
Seguían los visitantes teniendo más el balón, pero su precisión y claridad fue
decreciendo y todos sus ataques se perdían lejos del área armera. Errasti, que
cuajó una espectacular segunda mitad y encarnó la colosal transformación de la
formación azulgrana, se sumó en un contragolpe y llegó cual extremo a línea de
fondo, desde donde sirvió un perfecto centro al que no llegó Eizmendi, en boca
de gol. El eibarrés, que se convirtió en el amo de la medular, hizo méritos
para optar a una titularidad que fue suya el ejercicio precedente. Poco
después, Jota condujo otro veloz contragolpe, pero Roberto atrapó su intencionado
chut desde la frontal. El recién entrado Morales acrecentó la peligrosidad del
Eibar, que apenas sufrió pese a que el Tenerife volvió a la carga en los
últimos minutos. Arregi estuvo providencial al sacar bajo palos un remate de
cabeza de Oscar Rico que se colaba, pero el humilde Eibar mantuvo la renta y ya
espera el sorteo de mañana tras batir a un rival histórico y que representa a
decenas de miles de seguidores.
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