La excelsa labor de contención y el enorme esfuerzo de los armeros neutralizan la ofensiva de un Oviedo inferior y que insistió en su juego directo. El Eibar accede a la última y definitiva ronda
EIBAR: Xabi; Bóveda, Añibarro (Arregi, m. 81), Raúl Navas,
Yuri Berchiche; Errasti, Dani García; Capa (Diego Jiménez, m. 69), Abaroa
(Mainz, m. 49), Guille Roldán; y Arruabarrena.
OVIEDO: Orlando Quintana; David Fernández, Mantovani (Pepe
Díaz, m. 76), Baquero, Álvaro; Aitor Sanz, Cerrajería (Héctor Simón, m. 57);
Xavi Moré, Señé (Manu Busto, m. 57), Casares; y Diego Cervero. ARBITRO: Francisco Javier Fernández Vidal (Comité valenciano). Amonestó a Guille Roldán y Raúl Navas, del Eibar, y a Mantovani, Aitor Sanz, Señé, y Diego Cervero, del Oviedo
GOL: 1-0, m. 78: Guille Roldán.
INCIDENCIAS. 4.686 espectadores casi llenaron Ipurua.
Partido de vuelta de la segunda eliminatoria del play-off de ascenso a Segunda.
Este consistente Eibar, que ayer obtuvo el billete para la
tercera y definitiva ronda, transmite unas sensaciones prometedoras y su
solvencia va instalando en la afición la idea de que este año puede conseguir
su regreso a la Segunda División. A pesar de que algunos de sus miembros como
Dani García, Errasti o Capa, todos muy jóvenes, debutan en una fase de ascenso,
el Eibar volvió a emitir una madurez y una veteranía impropia de su edad. La
apetecible ventaja con la que afrontó el choque de vuelta tras la victoria en
el Tartiere (1-2) podía hacer pensar que el cuadro azulgrana se iba a
pertrechar en su terreno. No fue la intención, aunque durante muchos minutos el
empuje del Oviedo hizo recular a los armeros a su propio terreno. La excelsa
labor de contención y el titánico esfuerzo de todos los jugadores neutralizaron
todas las tentativas azules y proporcionó el acceso a la final por el ascenso.
Era tal la impotencia en algunos momentos de los oviedistas que trataron de
desequilibrar a los armeros con tretas y provocaciones. Pero a este Eibar no
hay nada que le perturbe, está seguro de sus posibilidades y de su juego.
No quería el Eibar transmitir la sensación de que su
principal tarea iba a ser de contención y por eso protagonizó un enérgico
comienzo. La movilidad y capacidad de desborde de Capa por la derecha y de
Guille Roldán por la izquierda generaban inquietud a la zaga del Oviedo. El
Eibar pudo adelantarse en el minuto cinco cuando Capa recogió un rechace en la
frontal del área, pero su obús se estrelló en el larguero de la meta defendida
por Orlando. El mando del partido perteneció al Eibar en el cuarto de hora
inicial, pero el Oviedo despertó. La lógica reacción del conjunto astur, que
debía ganar 0-2 para superar la ronda, no se hizo esperar. La mayor parte de
los ataques azules fueron bifurcados por la parte diestra, donde un eléctrico Xavi
Moré pudo por momentos con Yuri Berchiche y sirvió varios envíos a la cabeza de
Diego. El bullicioso y provocador delantero volvió a ser la referencia del
Oviedo. Pero el sentido de la anticipación de Añibarro y Raúl Navas,
sobresalientes, no le han permitido ninguna ocasión, ya no ayer, sino en toda
la eliminatoria.
Señé fue el único jugador azul que buscaba construir el
juego a ras de césped y el primero en intentarlo, pero su chut desde la frontal
en el minuto 20 fue atajado por Xabi. Aunque el dominio territorial
correspondía al Oviedo, no se hizo por completo con el gobierno del partido. La
profusión de faltas acarreaba un juego discontinuo y la inmensa presión que se
ejercían mutuamente impedía que ninguna se hiciera con la iniciativa. Abaroa,
que erró en un pase que hubiera propiciado una ocasión de Capa, fue reemplazado
nada más iniciarse en el segundo tiempo por Mainz, uno de los héroes del
partido de ida.
El segundo periodo se inició con una internada de Casares
hasta la frontal, desde golpeó el esférico que se perdió elevado. Fruncieron el
ceño Baquero y Mantovani, conscientes de lo que se les venía encima con la
entrada del delantero maño. La endiablada rapidez de Mainz convirtió la segunda
parte en un calvario para la zaga del Oviedo, incapaz de detenerle.
No varió su propuesta el Oviedo, que con prontitud colocaba
el esférico en el área en busca de Cervero. Cualquier saque de banda de los
laterales David o Álvaro se convertía en un balón colgado al área armera. Pero
ahí surgía siempre un azulgrana para alejar el peligro, una constante durante
todo el choque. El juego se desarrollaba en la parcela armera, pero la mayoría
de los ataques azules morían antes del borde del área. La zaga armera, que no
cometió ningún error, se mostraba inexpugnable y sin fisuras. Ante la
imposibilidad de generar ocasiones claras, el Eibar buscó el gol que le
infundiera ánimo mediante lanzamientos desde el exterior del área como uno de
Álvaro que se perdió desviado.
Arruabarrena,
asistente
Mainz, que lanzó elevado tras recortar a Álvaro, comenzó a
aparecer más en un Eibar que volvió a confiar en los contragolpes como fórmula
para agujerear al rival. La entrada de Manu Busto supuso que Casares adelantara
su posición y el Oviedo jugaba ya con dos delanteros. No había nada que perder,
pero la consistencia defensiva armera seguía anulando todos sus ataques. El gol
casi llega pero en la otra portería cuando un testarazo de Yuri a córner botado
por Diego Jiménez se estrelló en el poste con Orlando ya batido. Un minuto
después, Arruabarrena, que fue de los mejores, se marchó con mucha clase de
David y dio el pase de la ‘muerte’ para que Guille Roldán marcara. Otro pase
fantástico de Arruabarrena dejó sólo a Mainz, pero Orlando evitó el mano a
mano. Merecida victoria del Eibar al que le queda un último paso, el más
peliagudo.Garitano repitió el once; Granero cambió
Muy satisfecho tiene que estar Gaizka Garitano con el
rendimiento de sus jugadores en este play off porque anoche alineó el mismo
once inicial por tercer encuentro consecutivo. El técnico está satisfecho de la
frescura mental y del saber estar que están acreditando los armeros en el
play-off. Por su parte, José Carlos Granero introdujo dos novedades en la
alineación inicial respecto al encuentro de ida disputado en el Carlos
Tartiere. Cerrajería ocupó el puesto de Simón en el pivote y a Señé fue el
mediapunta con lo que Manu Busto se quedó en el banquillo.
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