lunes, 1 de julio de 2013

Crónica Hospitalet-Eibar: EL RETORNO SOÑADO


El Eibar gana con gol de Capa, exprime la jugosa ventaja de la ida y desactiva de nuevo con su excepcional labor de contención el juego de un impotente Hospitalet que no confió en la remontada. El cuadro armero habita de nuevo en Segunda División, una categoría hecha a su medida. Vuelve un clásico, nadie como el Eibar ha encadenado 18 años seguidos en Segunda


EIBAR: Xabi; Bóveda, Añibarro, Arregi, Yuri Berchiche; Errasti, Dani García; Capa, Diego Jiménez (Mainz, m. 71), Guille Roldán (Del Olmo, m. 91); y Arruabarrena (Jito, m. 78).

HOSPITALET: Craviotto; Pol (Manel, m. 83), Viale (Julio Rico, m. 56), Moyano, Valentín; Pedraza; Corominas, Aday, Cirio (Ángel Sánchez, m. 66), Osado; y Bakari.

ARBITRO: Carlos Alberto Carbonell (Colegio valenciano). Amonestó a Moyano, Pol y Craviotto, del Hospitalet, y a Arregi, del Eibar.

INCIDENCIAS: 1.600 espectadores en Feixa Llarga. Partido correspondiente a la vuelta de la tercera y definitiva ronda del play-off de ascenso. 23 grados de temperatura al comienzo a las 20.00 horas.


La fiesta se desató al término del encuentro

GOLES: 0-1, m. 89: Capa.

El Eibar habita otra vez en Segunda División, una categoría que durante muchos años pareció estar hecha a su medida y en la que se movía como pez en el agua. Y sobre todo, dice adiós al túnel inhóspito que es la Segunda B, un laberinto complicado en el que sólo logran escapar 4 de 81 cada campaña. Es fundamental para un club de la modestia del armero ingresar de nuevo en una categoría profesional más acorde con su historia y, especialmente, por las cantidades que va  ingresar procedentes de los derechos televisivos. El rotundo y prometedor marcador firmado en el choque de ida por el Eibar le convertía en favorito y los propios aficionados casi celebraron el ascenso el pasado sábado. Pero el cuadro azulgrana, que ha sufrido sucesivos varapalos en las promociones anteriores, sabía que confiarse sería su pasaporte a la desolación. Vuelve el clásico por excelencia de la categoría de Plata, en la que llegó a encadenar 18 años consecutivos desde 1988 hasta 2006. Ese equipo que caía simpático por su humildad y que, durante una época, fue llamado el Rey del empate. De hecho, aún ostenta el récord de ser el equipo que más campañas consecutivas ha militado en Segunda División. El final del encuentro fue una desatada fiesta. Media hora después de finalizado el partido, los jugadores aún seguían cantando desde el césped delante de la tribuna donde se ubican los aficionados armeros. Este ascenso no es casual. El Eibar, que ganó sus diez primeros partidos en Ipurua, emanaba hambre de victoria desde el comienzo del curso y exhibía una enorme contundencia en las dos áreas, algo ansiado por todos los entrenadores. Los récords históricos, como el de las ocho victorias consecutivas, que el Eibar ha ido pulverizando a lo largo de la temporada ya pronosticaban algo grandioso. Hacía tres años que el Eibar no conseguía marcar a domicilio en un play-off. En definitiva, datos elocuentes del potencial del cuadro azulgrana.

En ningún momento dio la sensación de que un ascenso a Segunda estaba en juego ayer en Hospitalet. Cuando un servidor comprobó a falta de diez minutos para el comienzo que apenas había público local en el graderío de la Feixa Llarga, casi ya ratificó el ascenso a Segunda del Eibar. El Hospitalet, salvo el insistente y talentoso Aday y el peleón Bakari, no transmitió mucha sensación de poder dar la vuelta a la eliminatoria. La falta de convicción en sus posibilidades se notaba en el ritmo, a veces cansino, con el que movían el esférico.  Diego Jiménez, novedad en el once inicial en sustitución de Mainz, gozó de la primera ocasión y lanzó elevado desde la 6frontal al aprovechar una pifia defensiva del Hospitalet. Como era de esperar el Hospitalet acumulaba la mayor posesión y tocaba casi siempre el esférico en la parcela azulgrana ante un Eibar que optó por ceder metros. El Eibar pudo adelantarse en el marcador en un disparo devuelto por el poste de Guille Roldán, pero apenas exprimió su veloz contragolpe de otras tardes en el primer periodo. El público pidió penalti por manos de Añibarro en un remate de Osado a centro de Baraki, la principal novedad ayer en el once inicial de los franjirojos. El Eibar perdía con excesiva rapidez el esférico por sus constantes imprecisiones en el inicio de las jugadas.  El Hospi, dueño del balón, era superior y se pudo adelantar en un zurdazo cercano de Bakari tras  un medido centro de Pol, pero ahí emergió la figura de Xabi Irureta, que evitó el primer gol.
Pareció sacudirse el dominio local el Eibar en el inicio del segundo periodo. Capa, hasta entonces desaparecido, se plantó en el área y Guille Roldán no llegó a rematar su centro chut por centímetros. Aday, el único que creía en el milagro, seguía siendo el principal quebradero de cabeza para la retaguardia guipuzcoana. A poco de iniciarse el segundo acto, un derechazo suyo se perdió a la derecha de Xabi. El portero vizcaíno, el mejor anoche, tuvo que intervenir con tino en una incursión hasta la cocina de Aday. Otro éxito de este Eibar es que sabe manejar diferentes estilos de juego y dispone de jugadores para cada necesidad. Si el pasado sábado hacía falta Mainz para tomar ventaja y desbordar a la zaga franjiroja, ayer primaba frenar las acometidas de los locales y el papel de Xabi fue relevante en varias intervenciones. A falta de un minuto, Capa esquivó a Craviotto en su salida y marcó a puerta vacía. Era el ASCENSOOO y lo celebró con la afición armera.

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